Diferencia entre afasia y disartria

Tratamiento de la afasia
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A veces se recomiendan ejercicios para fortalecer los músculos de la boca y la lengua. Para las personas con disartria grave, la comunicación aumentativa y alternativa (CAA) puede ser útil si los demás no son capaces de entender su discurso. Esto puede incluir herramientas sencillas, como un bolígrafo y un papel, o herramientas de alta tecnología, como los dispositivos generadores de voz.
Si usted o alguien que conoce ha sido diagnosticado de disartria, un logopeda puede ayudarle. Un logopeda puede determinar qué técnicas y estrategias de tratamiento funcionarán mejor para cada caso individual.
Le ayudaremos a comprender mejor su condición, le ofreceremos estrategias sencillas para comunicarse de forma más eficaz y le hablaremos de los dispositivos y aplicaciones de comunicación y terapia que realmente pueden ayudar. Llámenos al 866-570-8775 o haga clic en el botón de abajo para programar una consulta.
Disartria frente a disfasia
La disartria es un déficit del habla causado por problemas de control de los músculos que intervienen en el habla. La anartria es la forma más grave de disartria, que provoca la incapacidad de producir un habla clara y articulada.
Cuando la disartria está presente desde el nacimiento, significa que la persona nunca desarrolló la capacidad de producir un habla comprensible. La disartria y la anartria también pueden producirse como resultado de afecciones neurológicas, como la esclerosis múltiple y el ictus, que provocan un declive de la capacidad del habla después de que la persona haya alcanzado la capacidad de hablar con claridad.
La disartria y su forma más grave, la anartria, son diagnosticadas por un profesional médico. Su equipo médico escuchará atentamente su habla y su historial médico, y debe esperar un examen físico completo.
Un logopeda puede determinar el mejor tratamiento tras su evaluación médica. Durante el tratamiento pueden utilizarse diversas técnicas. Si sus músculos son débiles o rígidos, puede necesitar ejercicios adaptados a su problema específico. Normalmente, el tratamiento incluye la incorporación de técnicas de relajación, ejercicios linguales y mandibulares, incluyendo isométricos, y estimulación fonética.
Anartria frente a afasia
Por ejemplo, la batería de afasia occidental[3]Kertesz A. Western aphasia battery. New York, NY: Grune and Stratton; 1982. y Boston diagnostic aphasia examination[4]Goodglass H, Kaplan E. The Boston diagnostic aphasia examination. Philadelphia, PA: Lea and Febiger; 1972. fueron diseñados para distinguir los síndromes vasculares. La relación entre los síntomas y el territorio vascular afectado no siempre es consistente, pero es más fiable en los casos agudos que en los crónicos[5]Ochfeld E, Newhart M, Molitoris J, et al. Ischemia in Broca area is associated with Broca aphasia more reliably in acute than in chronic stroke. Stroke. 2010 Feb;41(2):325-30.
Corriente dorsal: una corriente de procesamiento que soporta la interfaz entre las redes sensoriales-fonológicas y las redes motoras-articulatorias (“del sonido al habla”), desde la circunvolución de Heschl bilateralmente a través de la circunvolución supramarginal izquierda y la circunvolución frontal inferior. Las lesiones en la corriente dorsal interrumpen la repetición de palabras y frases, la producción de frases gramaticales y la articulación del habla.[8]Hickok G, Poeppel D. The cortical organization of speech processing. Nat Rev Neurosci. 2007 May;8(5):393-402.
Tipos de afasia
Afasia: Una persona puede tener dificultades para entender a los demás (trastorno del lenguaje receptivo) o para expresarse (trastorno del lenguaje expresivo). Puede haber experiencias de dificultad para “sacar la palabra” o tener la palabra “en la punta de la lengua” (trastorno para encontrar la palabra). Las personas pueden tener dificultades para leer y comprender el material impreso o para escribir su nombre, las letras o los números.
Disartria: Las personas con disartria tienen el habla “arrastrada” o “entrecortada” debido al movimiento limitado de los labios, la lengua y la mandíbula. Puede haber cambios en el tono o en la calidad de la voz (puede haber ronquera o falta de aire).