Cuando aprenden a leer los niños

Cuando aprenden a leer los niños

Efectos de la lectura en el desarrollo del niño

El cerebro de un bebé está programado para aprender un idioma. Esto significa que no hay que enseñarle a hablar un idioma, sino que lo hace de forma natural. Los bebés aprenden el lenguaje prácticamente desde el momento en que nacen. Es una habilidad increíblemente compleja, pero como es natural, no somos conscientes de todo lo que implica.

Aquí es donde empieza el aprendizaje de la lectura. La conciencia fonémica significa entender que el habla está formada por sonidos individuales. Es una parte fundamental de la preparación para la lectura, por lo que suele ser uno de los objetivos de los programas de aprendizaje temprano.

Como la escritura no es el habla, la conciencia fonémica no es suficiente para que los niños aprendan a leer. Para aprender a leer, los niños deben ser capaces de reconocer que las marcas de una página representan los sonidos de un idioma.

Esas marcas, por supuesto, son las letras. Se trata de algo más que de memorizar el alfabeto. Aprender el alfabeto es parte de la preparación para la lectura, pero para poder leer, los niños deben ser capaces de hacer algo más que simplemente memorizar las letras. También deben ser capaces de identificar qué sonidos de la lengua (fonemas) van con qué letras.

Aprender a leer y escribir

Aprender a leer es un proceso en el que intervienen diferentes habilidades lingüísticas. Ocurre a lo largo del tiempo, por lo que es difícil decir con exactitud cuándo los niños aprenden a leer. Para algunas personas, leer significa ser capaz de pronunciar palabras y reconocer las que no se pueden pronunciar. Para otros, leer significa ser capaz de leer y comprender frases y textos.

Hay muchas razones por las que los niños tienen problemas para aprender a leer. A algunos les cuesta entender cómo funciona el lenguaje. Por ejemplo, les cuesta reconocer los sonidos de las palabras o relacionar los sonidos con las letras.

Enseñar a leer a un niño

Rachel Sender para APM ReportsDurante décadas, las escuelas han enseñado a los niños las estrategias de los lectores con dificultades, utilizando una teoría sobre la lectura que los científicos cognitivos han desacreditado repetidamente. Y muchos profesores y padres no saben que hay algo malo en ello.

“Para mí, la lectura no tenía ni pies ni cabeza”, dice. “Cuando un profesor dictaba una palabra y decía: ‘Dime cómo crees que puedes deletrearla’, me quedaba con la boca abierta mientras otros niños daban las grafías, y pensaba: ‘¿Cómo saben siquiera por dónde empezar? Estaba totalmente perdido”.

Woodworth fue a la escuela pública de Owosso, Michigan, en la década de 1990. Dice que los sonidos y las letras no tenían sentido para ella, y no recuerda que nadie le enseñara a leer. Así que ideó sus propias estrategias para leer el texto.

Estrategia 2: Adivinar las palabras basándose en el contexto. Si se encontraba con una palabra que no tenía en su banco de memoria visual, miraba la primera letra y se le ocurría una palabra que parecía tener sentido. La lectura era como un juego de 20 preguntas: ¿Qué palabra podría ser esta?

Leer para aprender

Verla memorizar letras y pronunciar palabras, a una edad en la que mi idea de la educación era trepar a los árboles y saltar por los charcos, me ha hecho preguntarme cómo nos forman nuestras diferentes experiencias. ¿Está recibiendo una ventaja crucial que le proporcionará beneficios para toda la vida? ¿O está expuesta a cantidades indebidas de estrés y presión, en un momento en que debería estar disfrutando de su libertad? ¿O simplemente me estoy preocupando demasiado y no importa a qué edad empecemos a leer y escribir? La experiencia temprana del lenguaje de un niño se considera fundamental para su éxito posteriorNo hay duda de que el lenguaje en toda su riqueza -escrito, hablado, cantado o leído en voz alta- desempeña un papel crucial en nuestro desarrollo temprano. Los bebés ya responden mejor al lenguaje al que estuvieron expuestos en el vientre materno. Se anima a los padres a leer a sus hijos incluso antes de que nazcan, y cuando son bebés. Las pruebas demuestran que lo mucho o lo poco que se nos habla en la infancia puede tener efectos duraderos en el futuro rendimiento educativo. Los libros son un aspecto especialmente importante de esa rica exposición lingüística, ya que el lenguaje escrito suele incluir un vocabulario más amplio y matizado y detallado que el lenguaje oral cotidiano. Esto, a su vez, puede ayudar a los niños a aumentar su gama y profundidad de expresión.

Hola, soy Beatriz Manzanares. En mi blog personal escribo sobre diversos temas de actualidad para que estés informado.