Infiltraciones para el dolor

Anestesia de bloqueo nervioso
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Hemos desarrollado una técnica multimodal para el control del dolor tras la cirugía de rodilla y cadera, denominada “analgesia de infiltración local” (LIA). Se basa en la infiltración sistemática de una mezcla de ropiva-caína, ketorolac y adrenalina en los tejidos que rodean el campo quirúrgico para lograr un control satisfactorio del dolor con pocas alteraciones fisiológicas. La técnica permite una movilización prácticamente inmediata y un alta hospitalaria más temprana.
En esta serie de casos abierta y no aleatoria, utilizamos la LIA para controlar el dolor postoperatorio en todos los 325 pacientes que acudieron a nuestro servicio entre el 1 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006 para someterse a una resuperficie de cadera electiva (HRA), a una sustitución total de cadera primaria (THR) o a una artroplastia total de rodilla primaria (TKR). Se registraron las puntuaciones de dolor, los tiempos de movilización y el uso de morfina para todo el grupo.
El control del dolor fue, en general, satisfactorio (escala numérica de puntuación del dolor, rango 0-3). Dos tercios de los pacientes no necesitaron morfina para controlar el dolor postoperatorio. La mayoría de los pacientes fueron capaces de caminar con ayuda entre 5 y 6 horas después de la cirugía y la movilidad independiente se logró entre 13 y 22 horas después de la cirugía. La hipotensión ortostática, las náuseas y los vómitos se asociaron ocasionalmente a la bipedestación por primera vez, pero los demás efectos secundarios no fueron destacables. 230 (71%) de los 325 pacientes fueron dados de alta directamente a su casa tras una única noche de estancia en el hospital.
Infiltración local en odontología
El término infiltración epidural describe la inyección paso a paso de medicamentos en el espacio epidural de la médula espinal, que es el espacio entre el periostio (piel ósea) del canal espinal y la duramadre espinal (piel dura del canal espinal). Esto se ilustra en el diagrama anatómico de la izquierda utilizando el ejemplo de la columna cervical.Todas las intervenciones se realizan en posición prona. Después de la palpación manual de los puntos de referencia anatómicos nombrados, se inyecta anestesia local en la zona de inyección planificada bajo condiciones estériles.Ahora se inserta la cánula de infiltración utilizando la técnica de pérdida de resistencia y mediante el control de rayos X que es la fluoroscopia a la región anatómica objetivo. A continuación se confirma la posición correcta de la aguja mediante la inyección de un medio de contraste. A continuación se inyectan los anestésicos locales (p. ej. Lidocaína, Bupivacaína) y el glukocorticoide soluble en agua, p. ej. Kenacort.Las infiltraciones epidurales son realizadas por nosotros para varios patrones de enfermedades ortopédicas, entre otros para el tratamiento de los síndromes de la raíz nerviosa, lumboischialgia, coczygodynia, síndrome postdiscotomie y síndrome postfusión. En el caso de las operaciones ortopédicas también una infiltración epidural puede ser médicamente útil y útil también para la terapia del dolor perioperatorio. Además de la reducción del dolor, en primer lugar se hace posible una movilización temprana y una terapia funcional por parte del fisioterapeuta.
Infiltración local frente a bloqueo nervioso
Este estudio prospectivo, doble ciego, controlado y aleatorizado, evalúa los efectos de los bloqueos nerviosos periféricos con y sin analgesia de infiltración local para el tratamiento del dolor postoperatorio tras una artroplastia total de rodilla primaria. No hay ningún estudio que demuestre la demanda de analgesia de infiltración local cuando se realizan conjuntamente bloqueos nerviosos periféricos. Los pacientes sometidos a artroplastia total de rodilla primaria serán asignados aleatoriamente a recibir analgesia de infiltración local con o sin (grupo placebo) anestésico local. Todos los pacientes recibirán bloqueos de nervios periféricos para la analgesia postoperatoria: triángulo femoral y bloqueos del canal aductor distal. La comparación de estos dos grupos de pacientes se basará en los efectos sobre el control del dolor postoperatorio, el grado de bloqueo motor, la capacidad de movimiento temprano de las piernas y la deambulación, y los índices de satisfacción de los pacientes durante el tiempo de recuperación clínica.
En consecuencia, los investigadores plantearon la hipótesis de que los bloqueos nerviosos periféricos (triángulo femoral y bloqueos del canal aductor distal) con y sin analgesia de infiltración local proporcionan efectos similares de alivio del dolor postoperatorio y la capacidad de movilización temprana después de la artroplastia total de rodilla.
Inyección perineural epidural
En la estimulación de los ganglios de la raíz dorsal (GDR) es esencial seleccionar el nivel espinal correcto. La selección anatómica del GDR por sí sola no es ideal, ya que la zona de dolor no se limita necesariamente a los límites de los dermatomas. Este estudio pretende establecer el papel de la terapia de infiltración perirradicular (PRT) en la evaluación preoperatoria del nivel correcto para la estimulación del GDR realizada bajo anestesia general.
Informamos de un estudio prospectivo de 20 pacientes seleccionados para la estimulación del GDR y sometidos a una PRT para la identificación del nivel espinal. La implantación de cables para el ensayo de estimulación se realizó bajo anestesia general: 19 pacientes obtuvieron resultados positivos y se sometieron a la implantación del generador de impulsos. Todos los pacientes sufrían dolor neuropático crónico que no respondía al mejor tratamiento médico. Los niveles de PRT se compararon con los niveles que se habían alcanzado con los cables DRG. Se realizó un seguimiento de los pacientes durante 12 meses; se evaluó la intensidad del dolor y la cobertura de la zona dolorosa.
En 12 pacientes, los cables de prueba se colocaron en el mismo nivel que previamente había dado positivo la PRT. En 6 pacientes, los cables se colocaron en el objetivo de la PRT y, además, en los niveles espinales adyacentes. En un caso, la diana seleccionada para el ensayo divergía de la diana de la PRT debido a la intensa fibrosis en el nivel elegido. En dos tercios de los pacientes se logró una cobertura de la zona objetivo de al menos el 50%. En los seis sujetos con cables adicionales implantados como consecuencia de los resultados de la PRT, el 80% logró una cobertura de al menos el 50%. El 47,4% de los pacientes logró un alivio significativo y sostenido del dolor en el último seguimiento. Ninguno de los pacientes necesitó una cirugía repetida para la implantación de cables adicionales.